El pasado mes de julio, siguiendo con la tradición de todos los veranos, hicimos el camino de Santiago en su mítica versión francesa, que comienza en Roncesvalles. No obstante, nosotros lo comenzamos en Sarria, un simpático pueblo que, aunque situado en Lugo, está lo suficientemente lejos de Santiago como para obtener la compostelana (114 km.).
Así pues, la mañana del 24 nos echamos la mochila al hombro y comenzamos a andar. Aunque no vaya por costa, el camino francés también te regala unos bellos paisajes con sus maizales, colinas verdes, bosques de eucalipto, vacas saludándote por el camino… Por no hablar de la hospitalidad gallega, que pudimos comprobar en los albergues, en los restaurantes con sus famosos menús del peregrino y, en definitiva, en la buena educación de esta buena gente. Paisajes, buena gente… y cultura: el camino de Santiago, en cualquiera de sus rutas, siempre es una gran oportunidad para conocer el arte “olvidado” de los pueblecitos del norte, la mayoría de ellos con iglesias románicas muy impactantes, como la que vimos en Portomarín; y, por supuesto, estando ya en Santiago, vimos también el Pórtico de la Gloria que, tras casi diez años de restauración, abrió sus puertas el 2 de julio, y pudimos confirmar que, efectivamente, es una de las mejores obras del románico español.
Pero si terminase aquí el artículo le estaría haciendo una gran injusticia al camino porque, al final y aunque todo lo dicho es importante, es la convivencia humana lo que hace del camino un viaje especial: convivencia con los demás, conociendo a gente nueva o intimando más con los que ya conocías porque se comparte entonces el cansancio de las cuestas o la alegría de llegar a los albergues; y la convivencia con uno mismo, pues es un viaje para plantearte nuevos retos que van más allá de las flechas amarillas.
Así fue como llegamos a la tumba del Apóstol un día 28 con gran emoción por el lugar donde estábamos y por todo lo que había costado. Y es que, lo que te enseña el camino es a recorrer las cosas grandes día a día, paso a paso.