Y con la tradicional cena de Navidad llegaron estas entrañables fiestas a La Alameda. En el comedor hasta nuestro viejo ciervo se vistió de gala para la ocasión, pajarita incluida.
Hubo brindis sentidos y emocionados y cantamos villancicos hasta decir basta. Sonó la caja flamenca, sonaron guitarras y panderetas, hubo quien se lanzó a cantar en coro o bien hizo un solo a capela. Como siempre disfrutamos a lo grande todos juntos: mucho con muy poco.
¡Muchas gracias a todos! ¡Feliz Navidad!